Noviembre, 2020.

Beagle criado para investigación en España. Foto: Jo-Anne McArthur para Igualdad Animal

  • El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación prepara la modificación de varios artículos del Real Decreto que regula la utilización de animales en experimentación y para otros fines científicos, incluida la docencia, que deben adaptarse a la normativa comunitaria.
Publicidad y acceso a la información

Con las próximas modificaciones del Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, que el pasado mes de octubre han sido objeto de consulta pública, se pretende adecuar esta norma al Reglamento de la Unión Europea cuya finalidad es simplificar y mejorar el acceso a la información sobre la materia, a través de la publicación y en su caso actualización de los llamados “resúmenes no técnicos” de los proyectos autorizados por las autoridades competentes, los informes sobre la aplicación del real decreto y la comunicación de datos estadísticos sobre usos de animales en este ámbito.

Desde la aprobación de la primera norma que regulaba las condiciones de mantenimiento de los animales en este tipo de actividades, la normativa se ha vuelto más estricta. La publicidad y el acceso a la información sobre estas prácticas son elementos esenciales en favor de una ciudadanía y administración pública verdaderamente conocedora e informada al respecto, que propicie el desarrollo de esta normativa hacia estándares de protección verdaderamente acordes con la sensibilidad y demanda social actual. Sin embargo, la actividad de experimentación con animales – de carácter transversal y con varias administraciones implicadas – continúa siendo un ámbito muy opaco y hermético para la ciudadanía, a pesar de sus evidentes implicaciones éticas y sociales desde la perspectiva de la protección animal, en el estado de avance de la ciencia actual.

Por ello, INTERcids ha trasladado al Ministerio que la articulación de mecanismos que favorezcan la realidad de dicha publicidad y acceso a la información respecto a estas actividades debe ser, más allá de las concretas modificaciones que en aplicación del Reglamento europeo devengan necesarias en el Real Decreto 53/2013, un auténtico objeto de compromiso por parte de las administraciones públicas competentes, hacia el cual orientar tanto los sucesivos desarrollos legislativos como cuantas políticas o programas públicos sean impulsados sobre esta materia.

Reemplazo total

La experimentación con animales es una actividad cuyas condiciones de cautividad están fuertemente reguladas, precisamente porque conllevan dolor, sufrimiento, angustia y daño duradero para los animales. En España, el Real Decreto 53/2013, de 1 de febrero, siguiendo los dictados de la Directiva 2010/63/UE, establece que solo se podrán utilizar animales cuando su uso esté justificado por la finalidad que se persigue. Igualmente, dicho Real Decreto establece que “Se marca como objetivo último el total reemplazo de los animales en los procedimientos”.

Así, la propia normativa establece el principio general conforme al cual existe una jerarquía preferencial entre los tres principios de 1) reemplazo, 2) reducción y 3) refinamiento de técnicas agresivas. La sustitución es preferible a la reducción y ambos al refinamiento, que sin embargo siempre se debe aplicar en todo caso.

Aunque el objeto de la consulta pública no se centra en este aspecto, INTERcids ha considerado necesario recordar que el fomento del uso de métodos alternativos a la experimentación con animales vivos no se percibe como una prioridad en la política de experimentación, ni existe un compromiso legal conforme al cual se pueda establecer una planificación efectiva para ir sustituyendo todos los procedimientos. No consta, en este sentido, un plazo o estrategia eficaz a seguir para garantizar que se avance efectivamente hacia ese objetivo.

Hoy en día, existiendo ya, de facto, métodos como el cultivo de células y tejidos humanos que evitarían la misma existencia de la continuación de la experimentación animal, se hace necesario plasmar la forma mediante la cual se han de sustituir los actuales procedimientos por métodos alternativos a la experimentación con animales vivos, sabiendo que la existencia de dichos métodos depende en gran medida de los progresos realizados en la investigación dirigida a su desarrollo.

Por este motivo, las administraciones deberían invertir en dicha investigación para evitar que se siga experimentando innecesariamente con animales, con una doble finalidad: por un lado, incentivar económicamente la experimentación libre de animales; por otro, invertir en la investigación dirigida a evitar que se siga experimentando innecesariamente con seres sintientes.