Noviembre, 2021.

Entre las muestras de poder, dominación y desafío al gobierno del famoso narcotraficante colombiano, Pablo Escobar, se encuentra la construcción de un zoológico privado en su famosa ‘Hacienda Nápoles’ en los años ochenta en Medellín. Escobar llegó a tener casi 2000 especies, entre ellas cuatro hipopótamos importados desde los Estados Unidos.

Cuarenta años más tarde, Escobar ha muerto, su zoológico ha cerrado y los animales han sido trasladados a diversos zoológicos del país. Sin embargo, la autoridad administrativa mantuvo a los hipopótamos en la hacienda por no disponer de un lugar apropiado donde alojarlos. Los hipopótamos lograron escapar, instalarse en el río Magdalena y reproducirse con éxito, existiendo actualmente alrededor de cien hipopótamos en la zona.

Debido a la exitosa reproducción de los hipopótamos, la autoridad administrativa ha considerado que son un peligro para la biodiversidad proponiendo su sacrificio y esterilización quirúrgica. Por ello, el abogado colombiano, Luis Domingo Gómez Maldonado (quien también fue el abogado de Chucho, el oso de anteojos), presentó una acción en representación de los hipopótamos solicitando su esterilización con la droga PZP (zona pelúcida porcina), en lugar de sacrificarlos o esterilizarlos quirúrgicamente, requiriendo la declaración en el procedimiento de dos expertos en esterilización no quirúrgica de animales silvestres provenientes de los Estados Unidos.

En consecuencia, la ONG Animal Legal Defense Fund solicitó en representación de “la comunidad de hipopótamos que vive en el río Magdalena” al Tribunal del Distrito Sur de Ohio autorizar a los dos expertos declarar ante el juzgado competente en los Estados Unidos. La normativa estadounidense dispone que cualquier “persona interesada” en un litigio extranjero podrá solicitar autorización a un tribunal federal para declarar en los Estados Unidos. Por lo tanto, el Tribunal del Distrito Sur de Ohio ha considerado que la comunidad de hipopótamos califica como una “persona interesada,” siendo el primer juzgado en Estados Unidos en reconocer a los animales como personas jurídicas.

Macarena Montes Franceschini
INTERcids