
En agosto de 2025, INTERCIDS presentó aportaciones a la consulta pública abierta por el Gobierno de Cantabria sobre el Plan de Gestión del Lobo en esta comunidad. La entidad alertó sobre las esenciales carencias de las que adolecía el borrador propuesto por el ejecutivo cántabro, que no considera debidamente ni el criterio científico ni el esencial papel del lobo para el medio ambiente, para otros sectores y para la mayoritaria ciudadanía que reclama su protección.
Tras la desafortunada aprobación por las Cortes Generales de la Ley 1/2025, de 1 de abril, de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario, la cual fue utilizada para eliminar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección (LESPRE), quedó abierta la posibilidad legal de dar muerte a estos animales. A partir de esta reforma, el Gobierno de Cantabria inició los trámites para aprobar un nuevo Plan de Gestión del Lobo en esta comunidad autónoma, con el fin de regular lo que el borrador propuesto para ello califica como “extracción de ejemplares”.
En sus aportaciones a la consulta pública sobre el texto propuesto por el ejecutivo autonómico, INTERCIDS observó que:
- El borrador parte de cifras y datos de escasa fiabilidad, y toma como premisa un supuesto estado de recuperación y viabilidad de la especie que no se corresponde con la realidad, según el criterio científico.
- Aunque se presenta como una norma que pretende reducir los daños causados por lobos a los ganaderos, sus disposiciones no incorporan los métodos más eficaces para prevenir tales daños.
- Refleja una perspectiva muy poco equilibrada, sin ponderar adecuadamente la esencial relevancia del lobo en la preservación de la biodiversidad, el equilibrio de los ecosistemas y el medio ambiente en Cantabria. Tampoco considera los intereses de otros sectores, ni la voluntad mayoritaria de la ciudadanía respecto a la protección de esta especie.
Una especie esencial, que sigue necesitando protección
Si bien desde la inclusión del lobo en el LESPRE afortunadamente se consiguió lograr una ligera recuperación, la situación de estos animales en España no puede calificarse de favorable. Así, desde el censo 2012-2014 hasta el censo 2021-2024, la población en España ha pasado de 297 manadas a 333, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, lo que según el criterio científico aún mantiene a las poblaciones de lobo por debajo de las 500 manadas necesarias para asegurar la viabilidad genética de la especie. El Plan de Gestión del Lobo debe partir, por tanto, de la necesidad de seguir fomentando su recuperación.
Esta realidad es, sin embargo, obviada en el borrador de plan propuesto, el cual, enfocado en la confrontación entre lobo y ganadería, no recoge el papel esencial que los lobos desempeñan en la conservación del medio ambiente y el equilibrio ecológico, ni los beneficios que reportan para otros sectores como el agrícola, en cuanto que contribuyen al control natural de las poblaciones de diversas especies de animales, como el jabalí, el corzo o la cabra montesa, entre otros.
Asimismo, ignora el borrador de plan el deber público de tener en cuenta la amplia y generalizada demanda social de proteger a estos animales, que son parte de un medio ambiente al que toda la ciudadanía tiene derecho constitucional, una ciudadanía que se manifiesta en favor de su protección y contraria a su matanza.
Partiendo de la necesidad de proteger a esta especie, lógicamente el plan también debe contemplar medidas para prevenir o minimizar los daños que estos animales pudieran causar a las actividades humanas que se desarrollan en su hábitat, como la ganadería. Si bien es cierto que la economía de la ganadería extensiva se ha visto impactada negativamente por la actividad de la ganadería intensiva, y que por tanto requiere de apoyo para su preservación, “los daños a los ganaderos también deben ser objetivamente contextualizados, algo que no se ha hecho en el borrador de Plan”, ha apuntado INTERCIDS. La entidad ha explicado que el plan propuesto parte de datos que carecen de suficiente fiabilidad, además de presentarlos de manera que inducen a una errónea percepción del problema, exagerando su magnitud. Así, respecto a la cifra de “cabezas de ganado muertas” supuestamente por ataques de lobo que cita el Plan, incluso considerando solamente los censos de ganado vacuno, ovino y equino, sin tomar en cuenta otro ganado, como el caprino, en Cantabria según los censos más recientes disponibles, esa cifra de animales muertos no llegaría a representar ni siquiera el 1% del total.
Falta de criterio científico y sistema indemnizatorio sesgado
A la falta de un método científico, objetivo y fiable para la verificación del lobo como causante de un determinado daño, hay que unir una fórmula de indemnización que favorece que se señale al lobo -y no a otro animal- como causante. “El problema no es sólo que el método para determinar si un daño lo ha causado o no un lobo sea insuficiente y poco fiable. Además, tal como está configurado el actual sistema de indemnizaciones, al final se incentiva que se declare el lobo como causa, puesto que en estos casos las cuantías monetarias son superiores”, manifiesta INTERCIDS. Esto conlleva incorrectas estadísticas, erróneas indemnizaciones y un mal uso del dinero público, además de favorecer el fraude. Por otra parte, existe evidencia de que los ataques de lobos al ganado a menudo han implicado ataques a crías deshidratadas, abandonadas por sus madres. Estos animales se encuentran en un estado tan precario que, en sí mismo, ya supondría una probable pérdida del animal, debida a la deshidratación, y no debería imputarse al lobo.
INTERCIDS ha señalado también que “aunque estudios evidencian que el número de ataques al ganado no está asociado al número de lobos”, el plan de gestión propuesto se enfoca exclusivamente en el control letal de los lobos, sin tener en cuenta el conocimiento científico sobre los mejores métodos para prevenir los daños que estos animales pudieran causar a las ganaderías, más eficaces, menos crueles y que mantienen los múltiples beneficios asociados a la presencia de poblaciones de lobos.
Principales medidas propuestas
INTERCIDS ha defendido el desarrollo de un modelo de gestión que, partiendo de la necesidad de avanzar en la protección del lobo en Cantabria, por su papel esencial en la preservación y equilibrio del ecosistema, disponga las medidas más adecuadas para prevenir y reducir los daños que los lobos puedan ocasionar a las ganaderías.
- Establecer procedimientos objetivos y fiables que, basados en el saber científico, permitan verificar con certeza si el lobo ha sido o no el causante de un determinado daño: el análisis de ADN (para identificar la saliva del lobo en mordida), siempre conjuntamente con otros métodos y observaciones (como, entre otros, el patrón de la mordida), son herramientas que servirían para determinar, no sólo si una determinada mordida es de un lobo y no de otro animal, sino también si el lobo en cuestión podría haberse servido de cadáveres de ganado, ya muertos por otras causas.
- Configurar un sistema de indemnización eficiente pero congruente, con compensaciones que no superen para los lobos las concedidas cuando los daños sean causados por otros animales. El objetivo es evitar errores además de posibles fraudes, al tiempo que se garantiza una justa reparación a los realmente perjudicados y con ello un mejor uso del dinero público en cuanto al destino de los impuestos de los contribuyentes. “Las indemnizaciones deberían aprobarse únicamente cuando el daño sea indubitadamente atribuible al lobo, suponen un perjuicio en la explotación de al menos el 40% de pérdida en la productividad, y siempre que existieran previamente medidas preventivas adoptadas por el ganadero”, propone INTERCIDS.
- Priorizar e instaurar las medidas de coexistencia de la actividad ganadera con las poblaciones de lobos, demostradas como más efectivas, en particular las medidas de carácter preventivo.
- Determinar la matanza de lobos como medida última y excepcional, de manera que en vez de ser ésta la regla general o primera medida a tomar, previamente deba haberse constatado que, pese a haberse implementado las medidas preventivas consideradas más eficaces, así como medidas no letales de control poblacional, éstas no han reducido los daños causados por lobos. Llegados a este punto, la decisión excepcional de dar muerte a lobos deberá ser llevada a cabo, como competencia exclusiva y no delegable, por agentes del medio natural.
- Propiciar la participación de todos los sectores interesados en la gestión del lobo, añadiendo a los organismos científicos y entidades de conservación y protección de la especie.
Especial mención a perros abandonados y asilvestrados
Las aportaciones propuestas por INTERCIDS también hacen mención a la necesidad de modificar el redactado del Plan que se refiere a perros asilvestrados. A este respecto, la entidad ha alertado de que la propuesta del Gobierno cántabro abriría la puerta a la “autogestión” de perros asilvestrados que pudieran haber causado daños, lo que significaría permitir la matanza de estos perros y, con ello, ir en contra de la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y el Bienestar de los animales, así como de la Ley 3/1992, de Protección de los animales en la Comunidad Autónoma de Cantabria.
“En la práctica existiría gran dificultad para poder distinguir entre perros asilvestrados de otros por ejemplo recién perdidos o abandonados, lo que podría conllevar errores de identificación, demandas ciudadanas por responsabilidad patrimonial y daños morales o denuncias por delitos de maltrato animal”, ha advertido la entidad. Pero en cualquier caso y ante todo, añade: “Lo que hay que tener claro es que la legislación estatal y autonómica ya establecen el procedimiento a seguir ante el hallazgo de un perro vagando solo, sin que quepa su sacrificio, y de ninguna manera puede este plan de gestión ir en contra de dichas leyes”.