Febrero, 2020.

Foto: Ultimahora.es

En estos días se ha publicado la noticia de que la unidad canina de la Policía Local de Palma no seguirá activa y de que sus tres perros, en vez de ser adoptados o acogidos en familias responsables, irían a parar a la perrera de Son Reus, lugar en donde acaban los perros abandonados del municipio.

La reacción indignada de las asociaciones protectoras de animales y del público en general por este triste destino de los perros no se ha hecho esperar, máxime teniendo en cuenta que su salud parece ser delicada – dos de ellos sufren leishmaniosis y el otro está ciego – después de años de servicio y explotación.

Manuel Molina Domínguez, fundador de la Asociación Balear de Abogados por los Derechos de los Animales, ABADA, coordinador de la comisión de Derechos de los Animales del Ilustre Colegio de Abogados de Baleares y miembro experto de INTERcids, analiza en el artículo «La jubilación de los perros policía del Ayuntamiento de Palma«, publicado en el Diario de Mallorca, los aspectos a considerar, tanto desde el punto de vista legal como ético, en este caso.

«Alegan activistas y ciudadanos que el Ayuntamiento trata a esos animales como simples cosas, meras propiedades que ya no interesan; que se les ha metido en la perrera cuando sobraban; que se debería agilizar su adopción por familias que les dieran el amor y cuidados que merecen, máxime, después de su dedicación a la sociedad; y que merecían un homenaje público e, incluso, una condecoración por sus servicios».

Recomendamos la lectura del artículo completo en este enlace y agradecemos a Manuel Molina su claro posicionamiento, siempre a favor de la protección animal.